El cielo de junio en Londres no siempre promete sol, pero en 2025 brilló intensamente para que, entre banderas ondeando, caballos al trote y redobles de tambor, la Familia Real británica protagonizase el emblemático Trooping the Colour. Un acto solemne que se ha entrelazado con momentos familiares y tributos personales, como el minuto de silencio por las víctimas del accidente aéreo en India o el delicado guiño de la princesa Carlota a su bisabuela, Isabel II con su broche en forma de herradura.
En 1748 esta ceremonia militar se estableció como la celebración oficial del cumpleaños del monarca, evolucionando desde entonces para convertirse en uno de los eventos más esperados del calendario royal inglés, tanto por sus propios protagonistas, como por los admiradores de la realeza…
Las razones, son mucha, empezando con la oportunidad de ver la pompa británica en su máxima expresión con un desfile que contó con más de 1.400 soldados, 200 caballos y 400 músicos, todos desfilando por The Mall y en Horse Guards Parade para sí transformar el corazón de Londres en un escenario vibrante.
Aunque quizás para muchos lo que resulta más emocionante es ver a los integrantes de la familia real británica con sus mejores looks, sin olvidar a los niños Gales porque, aunque el evento es para el Rey, normalmente son los niños pequeños quienes se roban el espectáculo con sus adorables travesuras.
El príncipe Jorge siempre el digno hermano mayor, lució increíblemente elegante y sereno con su trajhe azul y corbata robaja, haciendo solo una que otra mueca cuando el sol le resultaba demasiado brillante para sus ojos..
La princesa Carlota impresionó una vez más con sus modales impecables y su seguro saludo real. Irradiaba aplomo, y a menudo se la veía intercambiando miradas dulces y palabras tranquila con su madre, Kate de Gales. Ambas protagonizaron un momento twining maravilloso que acaparó titulares, al igual que el cabello de la mini royal que lució más largo, casi hasta la cintura.
Y qué decir del benjamín de la casa, el príncipe Louis, quien no solo lució pantalones largos por primera vez en el Trooping the Colour, sino que además le hizo honor a su reputación como un chiquillo gracioso y espontáneo.