Guillermo de Gales no pudo resistirse a chutar unos balones de fútbol, disculpándose con los presentes y pidiéndoles que no se rieran de él…
El Príncipe, conocido aficionado a este deporte y seguidor del Aston Villa, visitó el Centro Comunitario Leith en Edimburgo para arrojar luz sobre el poder del impacto social liderado por la comunidad.
Su alteza real sonrió en todo momento, pero claramente sintió la presión pues en modo de broma le dijo al portero, mejor mira hacia el otro lado…
El primer intento fue fallido, pero claramente todos los presentes le estaban enviando las mejores energías, y el heredero, decidido a anotar por lo menos un gol, consiguió su cometido la segunda vez. Tras los vítores, bromeó: diciendo «¡Ya está, ya terminé!”…