Dinamarca celebró por todo lo alto la proclamación de su nuevo rey con una nueva era en la monarquía luego de que la reina Margarita abdicara y cediera el trono a su hijo Federico. La monarca de 83 años, paseó por las calles de Copenhague para despedirse de su reinado y firmó el acta de abdicación en la sede del parlamento. Con lágrimas en los ojos, Federico ocupó el asiento de la reina y Christian también ocupó un lugar importante como príncipe heredero. La imagen en que la reina Margarita se retira de la sala muy emocionada, le ha dado la vuelta al mundo. Luego de esta firma, se realizó una recepción y desde el balcón Federico saludó junto a su familia al pueblo danés. La primera ministra hizo oficial la proclamación y el nuevo monarca se mostró emocionado ofreciendo su primer discurso.
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